El Misterio de las Bolitas Perdidas

El como todo tiene una explicación

Desde pequeño solía jugar a las bolitas, juego típico de nuestro país (Chile) y que cualquiera que sugiera ser un varón hecho y derecho debiera de haberlo jugado en su niñez, no ahi excusa, su valor nunca a sido desmedido por unidad y siempre existe un buen amigo que te regala unas cuentas para comenzar, por lo general es el mismo que te las ganaba.
Todo comienza con la repentina disminución de unidades de mi colección, algunas se caían accidentalmente, de las que casi siempre lograba recuperar pero nunca su número total, lo que me llenaba de intriga, buscaba pero por más que lo hiciera no lograba dar con ellas, nunca logre darle explicación a este hecho. Pasada ya la fiebre de este juego solo me quede con algunas bolitas en una botella de vidrio, para recordar esos momentos quizás.
Ya luego de un tiempo conversando de quien sabe que, mi padre me comento que Santiago esta en una cuenca, creo que hablaba del smog, pero para mi eso pasaba a segundo plano al saber la definición de cuenca, ósea un lugar rodeado de alturas, eso quiere decir que estamos inclinados hacia el centro de la ciudad, ahí se encontraba santiago centro y deduje que el tesoro mas preciado que cualquier niño podría desear.
Comencé a crear toda una teoría y todo calzaba perfectamente, recordaba cuando caían accidentalmente algunas bolitas y note que nunca se quedaban donde caían, siempre recorrían un camino hasta donde las atrapara, ¿pero que pasaba con las que no alcanzaba?, ¿donde terminaban su camino?, uniendo estas preguntas a este nuevo dato sabia que la tierra de mi ciudad estaba inclinada al centro, después de todo estamos en una cuenca.
Imagine el largo camino que recorrió cada bolita pérdida hasta llegar al centro de la ciudad.
Ahora tenia otro problema encontrar el centro exacto de la ciudad, tampoco era ir con un saco y llenarlo con las bolitas perdidas, tenia que encontrarlo, claro que a esa edad no soltaba la mano de mi madre cuando íbamos al centro (hablo de unos 6 años de edad).
Ahora ya con 21 años de edad no paro de soñar con ese punto exacto donde se encuentran las millones de bolitas perdidas de todos los niños de la ciudad.

"Los fenomenos inexplicables no existen, lo que existe es la falta de información"